Del Libro: Milagro/Miseria

Invaginación

Cómo explicarte tanta angustia
tanta
y sólo para uno
o una
qué importa

Los pinos gimen
las risas se desgranan
las voces apestan

La terminal es terminal
y apestan sus baños
sus partidas

La espera apesta

Certezas de nada en esas flores
marchitas de mal
sin identidad
de nadie
mas
tampoco de nosotros



Impiedad

Esta noche
de no sentirme dios
juraría que esta sala está llena de JUDAS...
¡No se molesten!
Yo sé mucho de ellos...

El de la nave rota
huirá de su sombra contando pasos

El de las colillas
se lamentará de no haber podido con un ''solo hijo''
acusando a los que curan

La mujer gorda se arrojará al piso
pidiéndonos que oremos por ella

Hasta que alguien


creyéndose humano

arroje algunas monedas
...
como miguitas a los pajaritos



Veres y sentires

De las manos de los dioses
vi fluir manantiales vacíos
Vi las nubes cubrir el cielo
sádicas de belleza

Cuando lo salvaje de esos potros
eran sangre hirviendo en las venas

Y no era el final
¡No!
de eso no les hablo

Pero supe de calas rojas de veneno
supe de agonías
cuando la hiel del amanecer
rompe los corazones
en este mundo
donde sólo sobrevive el que menos rompe...
¡Sí!
y los corazones se rompen

Supe de sábanas blancas
de sexos ausentes
de respiración
de entumecimiento
de querer y no poder
de sobredosis
de azules suicidios
contagiosos...

Vi la impaciencia de esos largos cortos años
saltar al vacío
Vi las muecas desesperadas
de los que habían planeado esa fuga
hacia el centro de ellos mismos

Para brillar con las estrellas
dejándonos voces ahuecadas en lo negro de la noche...
en el aroma del patchouly

Y no era el final
¡No!
De eso no les hablo
ni les hablo de un horrible sueño

Y sentí la lluvia calmar el ardor de mi pecho
cuando una brisa
se quedó a vivir en mi mente
para avivar esa llama ...


(Aunque algunos amigos se hayan ido. A ellos…)

sábado, 25 de septiembre de 2010

UNO DE ESCRITORES Y DE GRUPIES (Casi amor que mata)

UNO DE ESCRITORES Y DE GRUPIES
(Casi amor que mata)


Después de la presentación del libro de Joe Campusso, fuimos a su casa a seguir festejando. Suponía y mal, que a este tipo de reuniones asisten los amigos mas cercanos. Nunca es así. Suponerlo no era de puro ingenuo, aquella era la primera vez que asistía a una tertulia de verdaderos artistas. En estas ocasiones, siempre asiste un mayúsculo grupo de chupa medias que esperan les regalen el libro, otros van por el simple hecho de consumir lo que sea, el vino, que no es una copita, empanadas, algunas drogas, si las hay… agua, lo que sea. Eso si, siempre sonrientes, como para la foto. Mantienen conversaciones inteligentes para aparentar serlo, hablan de cómo escribir para ganar algún concurso literario, de una beca en Francia, fantasean con llegar a ocupar un puestito en algún gobierno que piense a lo grande y le de importancia a las cosas de importancia y hasta algunos piensan llegar a la gran academia universitaria. Todo el mundo coquetea con todo el mundo, pero todos terminan solos a la hora de dormir.
La casa de Campusso se llenó de gente, el frío no importaba, salimos al jardín del fondo, alguien puso esa música de la nadie que entiende… ese jazz moderno del que todos opinan como verdaderos sabihondos.
Como todos, bebí bastante, la nariz empezó a adormecérseme (Primer síntoma en mi, a un paso de la borrachera…) pero no me importó, no tenia que manejar. Me aparté un poco del bullicio, como siempre lo hago, tenia un vaso de vino tinto, saque de mi abrigo un cigarrillo y antes de encenderlo una hermosa mujer me pidió fuego.
- Que bellas poesías escribe…-
- ¿Perdón?-
- Leí su libro, Poemas Terminales desde una Terminal de Ómnibus… se nota que la conoce.-
- Vos, por tu cuerpo y tu belleza debes llamarte Bárbara…-
- Gracias, pero no… de no conocerlo…-
- ¿Conocerme?-
- Claro, mucha gente habla de usted, además conozco a dos de sus amigos, Ivo Vrodzka y Her Speso-
- ¿Amigos? Vaya amigos…-

Sergei Potrakov se acercó a nosotros, traía un vaso enorme de vino en una mano
y un cigarro de marihuana en la otra. Cambió su vaso por el mío y le convidó de esa porquería a la chica. Ella dio unas pitadas y el se fue. Pasaron algunos segundos, ella, inmóvil, no me quitaba los ojos de encima. Al decir verdad se me paso por la cabeza llevármela a la cama. Pero ese brillo en sus ojos… pensé no solo en la cama, tal vez algo más, una relación seria… Tomé sus hombros suavemente, fui acercando mi boca a la suya, su cuerpo temblaba, oí su corazón, como si fuera a salirse. Mas cerca, entonces podía sentir su respiración… y el milagro. Creo que aquel beso duró una eternidad. Su cuerpo aun temblaba, volví a besarla, y por fin una respuesta. Me dio un cachetazo. No me quitaba los ojos de encima… volví a besarla y otra vez, otro cachetazo. Pensé que para esta joven futura gran artista el cachetón era la respuesta afirmativa para el amor o las ganas de llevarse un tipo a la cama, una manifestación artística mas… lo plasmaba a cachetones. Para mi era algo nuevo, todo un desafío, volví a besarla y sin decir ni una palabra ella volvió a golpearme.
Antes de repetir el estúpido acto de seducción, supe que ella no era de mi tipo y supe ahí que el arte me importa un carajo. Me alejé. Fui por más vino, antes de entrar a la cocina volteé para verla otra vez, y otro artista estaba hablándole.
Sonreí, entonces otra mujer vino a hablarme. (Una vecina de Joe)

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